San Juan de Letrán es la primera gran basílica en la que se pudo reunir toda la comunidad cristiana de una ciudad. Constantino la construyó a sus expensas y la donó al obispo de Roma, junto con el baptisterio adyacente y el palacio episcopal.
Aún pueden verse dos enormes columnas de la antigua basílica en la cabecera de la nave central, antes del transepto.
Escuche a don Andrea Lonardo, director de la Oficina catequística y del servicio para el catecumenado de la diócesis de Roma.