El cuerpo del apóstol Pablo fue sepultado a unos tres kilómetros del sitio de su martirio, en la zona sepulcral a lo largo de la vía Ostiense, en un espacio perteneciente a una devota cristiana llamada Lucina. Poco después, su tumba se convirtió en un lugar de culto y veneración.
Basílica de San Pablo Extramuros
Ep. 3
12 marzo 2024